"Plenamar" es un cortometraje de ficción dirigido por Joan Carles Martorell, escrito por Laia Ordóñez y producido por Cinètica Produccions en colaboración con IB3. La cinta, de 17 minutos y rodada en catalán, está protagonizada por Lydia Sánchez, Rodo Gener y Santi Celaya. "Plenamar" se estrenó en la Seminci de Valladolid 2011 y obtuvo el premio al mejor cortometraje nacional en el certamen Cortogenia 2012 en Madrid. Narra la historia de un matrimonio y su amigo, quienes pasan un fin de semana de descanso en un velero por las aguas de una pequeña isla al sur de Mallorca.
«"Plenamar" es como un Cesc Gay en Mallorca, entre "Calma total", "Cuchillo en el agua" y "L'Avventura" de Atonioni. ¡Esto es serio!» (Àlex Gorina en "Sala 33")
Leer "Anatomía del amor" de Helen Fisher fue una auténtica revelación para mí. Quien me conoce sabe que me fascinan las historias de índole sentimental y la aproximación de Fisher hacia la conducta amorosa femenina iluminó muchas habitaciones oscuras y misteriosas de la eterna –y en el fondo divertidísima– guerra de sexos. Hablando «del tema» con amigas y amigos, compartiendo opiniones y experiencias inconfesables –cosa que volvió a darle un vuelco a mi ingenua y simplista perspectiva previa sobre el asunto–, acabó configurándose la historia de "Plenamar", la cual podría llevar una vez más el aviso de «basado en hechos reales» (pero mejor que no, no sea cosa que salte la liebre). Uno de los aspectos más motivantes de lo que hemos intentado explicar en este cortometraje Laia Ordóñez y yo es lo insólito del punto de vista. La narrativa occidental está plagada de hombres adúlteros –odiados y amados por igual– y también –aunque en menor medida– de mujeres adúlteras. Sin embargo estas últimas casi siempre han tenido alguna «justificación moral» para engañar a su marido: el despecho, la venganza, la huida, el enamoramiento, la infelicidad... pero pocas veces se nos han explicado las poderosas razones por las que –según los expertos y «mis mejores amigas»– el 40% de las mujeres son infieles. Y lo han sido y lo serán, por ejemplo, sin tener en mente abandonar a sus maridos o parejas; follar por follar. Aparentemente. Como me dijo un colega tras ver el primer montaje del corto, en "Plenamar" parece que no pase nada del otro mundo... Exacto, esa es la clave: parece que no pasa nada. Y la vida sigue.
Me siento una persona muy afortunada en lo que concierne a la relación con los productores de mis cortometrajes. Y pese a las grandes dificultades burocráticas, ambientales y económicas en el desarrollo de "Plenamar", trabajar con Luis Ortas (Cinètica Produccions) ha sido un lujo. Si en "Microfísica" estuvimos diez días corriendo por Chicago (USA), en "Plenamar" pretendimos rodar en dos veleros en el siempre convulso –metorológicamente hablando– mes de septiembre mallorquín. Pasó de todo, cómo no: accidentes, médicos, tormentas, cancelaciones... incluso una mañana acabé llevando la cámara yo solo porque Nicolás (el director de fotografía) y Àlex (segundo de abordo) estaban bloqueados en puertos diferentes... Pero pese a todo ello y más –magia– al final el rodaje salió la mar de bien. Y fue así gracias a la gran calidad humana del equipo embarcado. Lydia, Rodo y Santi –los tres actores– fueron unos grandes profesionales, un éxito rotundo de casting. Trabajamos practicamente todas las escenas improvisando y por supuesto aportaron mucho de su parte. Se emborracharon –de verdad– frente a la cámara, se bañaron en aguas frías sin protestar, mantuvieron la compostura y el buen humor ante las crisis y la lluvia. Nada habría sido lo mismo sin Pablo –sonidista–, entregado, ultraeficaz, bálsamo de optimismo, risas y afecto. Tener a Nicolás en la cámara es la fantasía húmeda de todo director: sabe lo que hace, no le asusta el peligro y transmite confianza. Como él no pudo estar presente todo el rodaje, Àlex Marín –uno de mis francotiradores favoritos del audiovisual balear– asumió en varios momentos la fotografía y la cámara y nos ayudó a resolver muchas situaciones. No puedo dejar de mencionar la generosidad y entrega de Toni Marqués, patrón y propietario de «S'Avenc», el barco velero protagonista de esta historia, y Tià Estela, capitán de barco auxiliar que nos acompañó. Dos valientes que no sabían en donde se metían pero que estoy convencido de que recordarán, con cariño, esta aventura. Y Laia (escritora, productora, coach, amiga, supermujer), coautora de "Plenamar". Este cortometraje también es suyo... si yo soy uno de los tantos padres –porque siempre afirmaré que esto del cine es creación colectiva pura y dura– ella es, sin duda, «la madre»: desde el guión y el trabajo con los actores a la producción de batalla. Nos ayudaron, y mucho, Caterina –mano derecha de Laia y Luis–, Isabelle –posteriormente en el montaje–, Lindsey –excelente cocinera– y Victòria Fullana, quien nos acogió en su casa de Sa Ràpita como si fuéramos sus hijos; bendita sea. No negaré que durante toda la producción sufrí como un bellaco: los dioses ponían a prueba cada día nuestra paciencia y autoestima. Pero tuvimos la gran suerte de navegar siendo un buen equipo. Todo el material que se rodó daría para un mediometraje, tirando a largo. Así que lección aprendida: a la próxima, 90 minutos de película.
Joan Carles Martorell (octubre 2011)
"Plenamar" es una historia de ficción que nace de una historia real y de un libro. La historia real que inspiró la ficción despertó en mí una gran curiosidad por explorar las raíces y los mecanismos de la infidelidad femenina, muchas de cuyas claves se encontraban reflejadas en el ensayo "Anatomía del amor" (Helen Fisher, 1992). Sospechaba que había lugares comunes, patrones de actuación diferenciales con respecto a la infidelidad masculina que estaban presentes, aunque aún no lo supiera, en la historia real que inspiraba la ficción. Y, sobre todo, sospechaba que la infidelidad femenina era una realidad mucho más común de lo socialmente aceptado. A partir de aquí inicié, junto con Joan Carles Martorell, una laboriosa tarea de investigación que incluyó ensayos pero también novelas, películas, poemas, obras de teatro y una larga lista de testigos anónimos que se ofrecieron a contar voluntariamente su historia personal de infidelidad. Y así fue cómo se revelaron interesantes parámetros femeninos de actuación que se reproducían en las más elaboradas teorías evolutivas, en las más hermosas representaciones y en los más inhibidos secretos personales. Había, en general, unas maneras específicas de actuar que diferenciaban a la mujer infiel del hombre infiel. "Plenamar" es, en concreto, una exploración de cómo una mujer puede ser infiel; pero también es, en términos más generales, una exploración de la infidelidad como un fenómeno que, eventualmente, si se mantiene en secreto, puede contribuir a perpetuar una relación de pareja más que a destruirla.
El proceso de creación del guión de "Plenamar" fue dilatado porque queríamos que todos los detalles en la vida de los personajes y en las relaciones entre ellos reflejaran las conclusiones a las que muchos otros observadores y experimentadores de la vida habían llegado. Desde el principio, sin embargo, tanto el director como yo tuvimos claro que todo en el filme debía transpirar esa sensación de inmediatez y naturalidad que sólo se consigue a través de la improvisación. Nos interesaba que la atención del espectador estuviera centrada en las cosas sutiles, la expresión corporal, los gestos, los dobles sentidos, los subtextos, los coqueteos, las sonrisas y las miradas más que en las palabras. Y también nos interesaba que esas palabras, cuando aparecieran, sonaran a verdad, que se colaran en la mente del espectador de manera suave e indolora, sin dar la sensación de ser píldoras de información prefabricadas. Por ello, pese a que las primeras versiones del guión estuvieron dialogadas, poco a poco se fue haciendo evidente que la vía creativa adecuada era la improvisación pautada: lo único que el guión debía aportar eran líneas de acción en las que se marcara el contenido y la evolución de las conversaciones, los gestos, las intenciones y los sentimientos de los personajes, pero nada más. Esta vía, que al principio me resistí un poco a adoptar, estaba muy clara en la mente de Joan Carles y dio los resultados esperados. Por otro lado, para preservar la frescura de la interpretación durante el rodaje, los ensayos con los actores evitaron en la medida de lo posible las escenas del cortometraje y se centraron en representar episodios anteriores de las vidas de los personajes que no iban a aparecer en el filme, con el objetivo de ayudar a los actores a interiorizar la historia previa que unía a esas tres personas antes de ese fin de semana en velero por las islas.
Laia Ordóñez (octubre 2011)
La música original de "Plenamar" ha sido compuesta, interpretada y masterizada por Ferran Cruixent, quien lleva años colaborando con Joan Carles Martorell en proyectos audiovisuales.
La canción que aparece en los créditos y el tráiler del corto es una remezcla de "Mi hermana", compuesta e interpretada por Roldán. El tema se publicó originalmente en el disco "El cantar" (2008, AA Records) y ha sido remezclado para la ocasión por Rafael Martínez.
El cortometraje "Plenamar" tiene una licencia Creative Commons BY-NC-SA. Tal cosa no significa que el film pierda su copyright, sino que se autorizan a priori una serie de usos que, por defecto, el copyright tradicional prohíbe.
Así pues, con esta licencia, cualquier persona es libre de:
Siempre y cuando:
Más detalles aquí.
Erica: Lydia Sánchez | Marc: Rodo Gener | Albert: Santi Celaya
dirección: Joan Carles Martorell | guión: Laia Ordóñez | producción ejecutiva: Luis Ortas | una producción de: Cinètica Produccions | productor asociado: Joan Carles Martorell | dirección de producción: Laia Ordóñez | asistente de producción: Caterina Mas
fotografía: Nicolás Pinzón | segundo de fotografía: Àlex Marín | operadores de cámara: Nicolás Pinzón, Àlex Marín, Joan Carles Martorell | montaje: Isabelle Fournet, Joan Carles Martorell | etalonaje: Emma D. González (Infinia)
sonido: Pablo Gregorio | técnico de mezcla: Jordi Monrós (Fig Tree) | editor de diálogos: Diego Casares | ayudante de edición: Eduardo Povea | música: Ferran Cruixent | música créditos finales: "Mi hermana" de Roldán | remezclada por: Rafael Martínez (Grabaciones de Campo)
patrones de los veleros: Toni Marqués, Tià Estela | catering: Lindsey Mackay | contabilidad: Óscar Tarazona | gráfica: María Castelló Solbes | este cortometraje ha sido inspirado por el libro: "Anatomy of Love" de Helen Fisher
gracias: Joan Rigo, Ana Gómez, Sergio Hernández, Andrés López Mengual, Miquel Àngel Aguiló, Toni Verd, Pep Cerdà, Joan Barceló Fullana, Victòria Fullana, Juan Martorell, Lucero Velásquez, Maria de Lluc Morey, Pere Morey, Meritxell Antigua, Javier Ojeda, Juan Diego Pecci, Luis Vicente Serrano, Jordi Ordóñez, Lidia Pagán, Nuria Perea, Felipe G. Gil, Rafa Cortés, Manuel Bermúdez, Iskra Karadzhova, Nina Bendzko, Port de Sa Ràpita
con el apoyo de: IB3 Televisió de les Illes Balears, Parc Audiovisual de Catalunya, Festival Baumann de Terrassa, Catalan Films & TV, Institut Ramon Llull
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